En el Instituto Nacional de Liderazgo Parental (NPLI), creemos que todos los niños merecen tener acceso a una educación de alta calidad, independientemente de dónde vivan, de sus orígenes o de cuánto dinero gane su familia. Los padres, que son los primeros y más importantes maestros de sus hijas e hijos, entienden que la educación determina el futuro de una niña o un niño, y las familias deben tener voz y voto en la formulación de políticas que afecten al aprendizaje de sus hijas e hijos.
La orden ejecutiva para desmantelar el Departamento de Educación de EE. UU. plantea serias preocupaciones sobre el futuro de los programas federales que brindan un apoyo fundamental a los estudiantes de todo el país. Si bien el cierre total del Departamento requiere la aprobación del Congreso, esta orden ejecutiva ha iniciado una cadena de reacciones que podrían perturbar varias áreas clave, tales como:
Ayuda federal para estudiantes
El Departamento de Educación gestiona actualmente aproximadamente 1,7 trillones de dólares en préstamos federales para estudiantes, junto con programas como las becas Pell y las oportunidades de trabajo y estudio. Transferir estas responsabilidades a otros organismos, como la Administración de Pequeñas Empresas, puede dar lugar a problemas administrativos, lo que podría afectar a la distribución de la ayuda financiera y a la gestión de los préstamos de millones de estudiantes.
Apoyo para estudiantes con necesidades especiales y de bajos ingresos
Programas como la financiación del Título I, que ayuda a las escuelas de bajos ingresos, y la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA), que proporciona servicios para estudiantes con discapacidades, dependen de la supervisión y la financiación federal. Los cambios en el departamento amenazan la prestación constante de estos servicios críticos.
Cumplimiento de los Derechos Civiles.
La Oficina de Derechos Civiles del Departamento desempeña un papel fundamental en la aplicación de las leyes federales de derechos civiles en los entornos educativos, abordando cuestiones como la discriminación y garantizando la igualdad de acceso a la educación. La reducción de personal y recursos puede interferir en la aplicación de estas protecciones.
Programas como estos existen para que todos los niños, especialmente aquellos con discapacidades y aquellos en comunidades históricamente desatendidas, tengan acceso a oportunidades que los ayuden a tener éxito. Sin estas medidas de protección, las familias y las comunidades pueden tener dificultades para llenar los vacíos por sí mismas.
Abogando por la equidad
Valoramos el papel del gobierno local y estatal en la educación, y sabemos que es necesario un compromiso federal sólido que incluya supervisión y financiación para mantener los estándares educativos, proteger los derechos de los estudiantes y apoyar a las familias trabajadoras que se enfrentan al sistema educativo. La política educativa no debe reformarse rápidamente mediante la firma de un documento sin la participación significativa de las personas más afectadas, incluidos los padres y las madres, los educadores y los estudiantes. Eliminar este compromiso de equidad y oportunidad en la educación a nivel nacional pone en marcha un sistema injusto y pone en riesgo el apoyo fundamental a la educación de los niños en todo el país.
Si crees que esta decisión tendrá un impacto negativo en tu familia o comunidad, te animamos a que te pongas en contacto con tus senadores y representantes de EE. UU. y compartas tu punto de vista con ellos.
La participación cívica es un pilar de nuestra democracia, y los legisladores necesitan escuchar directa y regularmente a las personas que mejor entienden las necesidades de los niños y las familias. Invitamos a los líderes a todos los niveles a escuchar las voces de los más afectados y a garantizar que todos los niños, sin importar de dónde procedan, tengan la oportunidad de triunfar.