Nuestra esperanza reside en la fuerza y la resistencia de nuestros padres líderes, que comprenden que el verdadero cambio no está ligado a los ciclos políticos, sino que se alimenta de una abogacía inquebrantable en nombre de sus familias y comunidades. En las reuniones de los consejos escolares, las cámaras legislativas y las reuniones comunitarias, los padres capacitados por el NPLI y el PLTI ya se han convertido en defensores del bienestar de los niños en todo el país. El trabajo que realizan cada día sirve como faro de esperanza para todos nosotros y nos recuerda que cada uno de nosotros tiene el poder de inspirar la transformación, incluso en tiempos difíciles.

Creemos que la justicia es algo más que palabras en una página o políticas en un libro. La verdadera justicia vive en acciones que afirman el valor y el potencial de cada individuo, independientemente de su raza, origen o identidad. Nos comprometemos a garantizar que estos valores permanezcan en la vanguardia de nuestro trabajo, especialmente cuando algunos pueden utilizar sus plataformas para promulgar políticas que desprecian la dignidad y el bienestar de las comunidades a las que servimos. No se trata sólo de cuestiones políticas, sino de cuestiones profundamente humanas que afectan a nuestros vecinos, a nuestras familias y a nuestro futuro.

Cuando entre en funciones una nueva administración, haremos que rindan cuentas ante una visión de Estados Unidos que honre verdaderamente la dignidad, la seguridad y las oportunidades de cada comunidad. El camino hacia el futuro de este país debe ser uno en el que todas las familias puedan prosperar, en el que todas las voces importen y en el que nuestra nación refleje los valores de equidad, justicia y compasión que nos unen.